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La tarea comenzó como un recurso más, dirigido a la retención de los adolescentes a lo largo de todos los años de la secundaria, para que, además, sirviera para integrar a los chicos provenientes de distintos barrios vecinos, situación que en algunos casos provocaba rivalidades en la convivencia.
“El objetivo fue generar un espacio de pertenencia dentro del establecimiento que permitiera que los chicos terminaran la secundaria y proyectaran continuar con sus estudios terciarios o universitarios”, explicó la profesora de Arte Gabriela Pascual, quien lleva a cabo el proyecto junto al actor Franco Moix.
Desde el comienzo, tanto Pascual como Moix, ofrecieron su trabajo en forma gratuita. La idea tuvo eco inmediato en los chicos quienes desde entonces debieron asistir dos veces por semana, a contra turno, a la escuela.
El trabajo fue lento, pero dio sus frutos y el éxito del trabajo contagió también a la Media Nº 2, que se sumó a la tarea.
La puesta en escena de las obras logró también que los jóvenes artistas fueran conocidos y reconocidos por los habitantes del lugar como parte de una verdadera compañía teatral.
“Caídos del Arte” –tal el nombre del proyecto escolar- se presentó en los Torneos Bonaerenses y llegó a la final de Mar del Plata, donde obtuvo Medalla de Bronce.
El grupo también recibió el premio a la mejor adaptación de guión “Los Romeos y la Julieta” y mejor labor en grupo, durante el festival internacional de teatro joven “Vamos que Venimos”.
Por el cuerpo de actores ya pasaron más de 200 alumnos, los que lograron mostrar sus producciones en distintos ámbitos a los que fueron convocados tanto de la ciudad de Marcos Paz como de otras localidades, siempre en forma gratuita porque, según Pascual “está bueno que los chicos entiendan que no se necesita dinero para ayudar”.
Asimismo la docente señaló que la iniciativa “revaloriza al teatro como el nexo en la integración de los jóvenes de distintas comunidades barriales por la responsabilidad grupal que implica esta expresión artística”. En este sentido, aseguró, que hacer teatro, constituye mucho más que asumir el rol de actor, también promueve la articulación de producciones grupales, pensar, escribir, adaptar un texto, seleccionar música, diseñar vestuario, elegir la escenografía, entre otras”.
De esta manera los chicos despliegan su creatividad y se convierten en críticos a la hora de ser espectadores teatrales. Para Pascual son cinco los pilares que sostienen el proyecto: “la inclusión, la incondicionalidad, el juego, el análisis permanente, el hacer teatro en serio.”
Según la docente el teatro se convirtió para los chicos en un espacio de pertenencia dentro de la misma escuela y despertó también la vocación por el teatro en más de un adolescente que ahora piensa en la actuación como medio de vida.
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