martes, 25 de noviembre de 2014

Crónica de un incidente anunciado

SIN CONTRATO CON EL ESTADO MUNICIPAL, LAS UTF FUERON EXPLOTADAS COMERCIALMENTE Y NO RESPETARON LA CONTRATACIÓN DE GUARDAVIDAS (SALVO POCAS EXCEPCIONES).  Y UN RESCATE SEPARÓ LA PAJA DEL TRIGO: POR UN LADO EL TRABAJO INDIVIDUAL DE LOS GUARDAVIDAS, POR EL OTRO LAS DEFICIENCIAS DEL OPERATIVO DE SEGURIDAD EN PLAYA  

El sábado de este último fin de semana largo, PinamarInfo recorrió el frente marítimo junto a Fernando Espinach, secretario General de la AGP, quien denunciaba “el retiro de los guardavidas de los puestos de las playas públicas para generar una cobertura que subsidiaba la explotación privada”. Y como agravante de la situación manifestaba la falta de elementos mínimos de rescates  en los puestos de guardavidas, en un flagrante incumplimiento a las normas vigentes como la Ordenanza 3980 en su artículo 32, donde especifica los elementos  por cada puesto de guardavidas.

El operativo de Seguridad en Playa mostró nuevamente las falencias y la precarización laboral en que se deben desenvolver los guardavidas municipales, que a pesar de ello muestran un alto grado de profesionalidad, cruzada que libra desde hace tiempo la Asociación de Guardavidas de Pinamar contra la mediocridad  y la discrecionalidad que insisten en reinstaurar los actores que intervienen en la playa con complicidad política y alguna que otra comisión sindical. 

Al filo del cierre del fin de semana los vaticinios se hicieron realidad, cuando un joven debió ser rescatado del oleaje de Valeria del Mar en el límite con Cariló. El escenario disponía  un guardavida cada 300 metros, situación que dificultó el trabajo de los rescatistas; pero no impidió el buen desenvolvimiento  aún a costa de sí mismos. El rescate incluyó reanimación cardiopulmonar mediante la maniobra de RCP y respiración boca a boca.

Ever García fue uno de los guardavidas principales, quien debió realizar la maniobra sin mascarilla junto a Ariel Videla, Juan Pablo Pirez y Pablo Tomasi. Situación que obligó a  iniciar el protocolo de vacunación con la ART para prevenir enfermedades como HIV y hepatitis. La mascarilla que debieron usar los guardavidas tiene un costo de 30 pesos y es uno de los elementos indispensables.


A esto se sumó la comunicación  inexistente. Ya que los guardavidas no contaban con la telefonía celular que el Municipio debió suministrar. Por lo que compensaron la falta con el celular de un turista, que para males tenía muy baja batería, y así llamar la ambulancia que trasladó al ahogado con pulso y ventilación, pero inconsciente, al Hospital Comunitario de Pinamar. Hoy continúa con pronóstico reservado y el diagnóstico de un edema de pulmón (según información extraoficial). 

Sin marco legal con las UTF, ni exigencia de la contratación de guardavidas,  con falta de celulares para comunicación, sin elementos de rescate (sogas, mangrullo, aletas, prismáticos,  mascarillas) y con guardavidas ubicados en función de la explotación privada, se desarrolló el operativo de Seguridad en Playa este fin de semana. Mientras en Pinamar, que se aprecia de atender un turismo ABC1 y cuyo recurso por excelencia es la playa, se discute de manera mezquina el uso del frente costero y la actividad comercial a expensas de un Estado que “deja hacer” en un playa nuevamente liberada.

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