domingo, 15 de junio de 2014

"Si Pinamar no era del vecinalismo, no era para nadie”

EL EMPRESARIO Y EX INTENDENTE, RAFAEL DE VITO, MANTUVO UN DIÁLOGO RADIAL EN EL QUE EXPUSO, CON SU ESTILO SUELTO DE CUERPO, LA FALTA DE ÉTICA DEL VECINALISMO. A LA VEZ EVADIÓ RESPONDER SU FUTURO POLÍTICO 

“Pinamar tienen un potencial que es incalculable pero no lo sabemos aprovechar”. Este concepto fue dicho  por el empresario y ex intendente de Pinamar, Rafael De Vito, en una entrevista radial.

Los rumores en la calle son que el “Rafa”, así lo denominan los habitantes de Pinamar (amigos o enemigos), se estaría preparando para participar en las próximas elecciones para  intendente. Obviamente como único cacique. No repetiría el malogrado trió que lo llevó a ocupar la intendencia, en su carácter de primer concejal, después de destituir al entonces intendente, Roberto Porretti, y que estaba secundado por el empresario de los combustibles, Víctor Pardo (comiéndole los talones), que volvió al Concejo después de formar parte de la lista como segundo concejal al alcanzar un abrumador triunfo con el Frente para la Victoria en 2007. El trió fue un fracaso y permitió el arribo al escenario político de personajes indeseables, que luego Altieri sabría captar muy bien para afianzar su regreso al sillón de Caporale, que había ocupado por dieciséis años (cuatro mandatos consecutivos).



Ni el Gobierno nacional, ni provincial le perdonaron la perfidia, aunque los allegados cuentan que no le quedó otra alternativa ya que “Porretti ni siquiera le atendía el teléfono y el gobierno estaba en manos de un armenio”.

En la entrevista, De Vitó, realizó un análisis categórico  de los perjuicios de la  “re… recontra reelección. No sirve. Se forman camarillas y no se delega”. De manera retorica preguntó: ¿Cuál es la línea sucesoria del vecinalismo (MUPP)? No la tiene. Para él la manera más democrática sería “un mandato. Después estaria  una línea sucesoria de haber hecho las cosas bien”. Y marcó: En el vecinalismo (MUPP) las personas buenas se fueron”.

Pese al fracaso que implicó una lista única forzada en 2007, se mostró proclive a la unidad y no a la contienda que propone las PASOS. De Vito siempre se negó a participar cuando el escenario electoral ofrecía la interna y consideró que: “Si hay veinte listas entras en una picadora de carne. Y tenés que entrar a tirar puestos para acá y para allá. Así perdés el control”.  No negó la formación de una coalición de ser necesario, “siempre y cuando sea del vamos y con ética”. Pero sentenció al gobierno de Muriale que “para mantenerse en el poder contrató un paisano de cada pueblo”.

Pese a la insistencia de los interlocutores, negó rotundamente (en este momento) tener charlas con algún sector político: “Me encantaría cambiar la realidad de Pinamar. Pero no hable con nadie, estoy dedicado a mi trabajo y a mi salud que Gracias a Dios va muy bien”. Pese a esta respuesta en un tramo del diálogo se escurrió a regañadientes una leve preferencia por Sergio Massa. Quienes conocen bien al “Rafa” saben que es un hombre esencialmente práctico y no se caracteriza por manipular los canales que  brinda la política provincial.

Llevado por la charla dijo que hoy tendría un equipo para trabajar en la intendencia. Y a continuación recordando su paso por el gobierno lanzó: “Yo tuve suerte de ser Rafa De Vito y lo digo modestamente, Sino me hubiesen tirado en un zanjón junto a Cabezas. No se podía generar nada si no sabe cuánto tiempo vas a estar. Y tanto el vecinalismo, como el radicalismo, como una parte del peronismo, iban por todo”. Comparó su situación de entonces con el actual interinato que “tiene un guiño del gobernador, porque han convocado a personas de otras fuerzas políticas  que cambiaron la camiseta”. Al mismo tiempo defendió las decisiones tomadas, como el arribo de la gente de Escobar, un equipo técnico que realizó la auditoria. Para De Vito era la única forma de construir un gobierno.

No pudo dejar de mencionar la carpa blanca que tuvo que soportar levantada en la puerta de la intendencia por gente del propio peronismo que negociaba la Secretaría de Acción Social. Y que por las noches los mismos concejales le alcanzaban los chorizos. “Uno viene de una formación que lo único que hace falta es darse la mano. Pero en política no es así. Tuve que pagar el derecho de piso”, dijo De Vito al referirse “a la traición de su propio entorno”.

Recordó los sabotajes que sufrió cuando llenaron  de arena los motores de la dos ambulancia Mercedes Benz que debieron ser llevadas al service para su reparación. “El vecinalismo entregó el gobierno lleno de basura. Mis camiones y mi personal debió trabajar un mes sin cobrar un peso para dejar un Pinamar limpio en la temporada que se avecinaba”, indicó De Vito. Además narró cuando ponía como garantía su palabra a los expendedores de combustibles para poder cargar los camiones municipales, porque no había plata: “Si no se lo paga la Municipalidad se lo pago yo”. Esa acción le costó una multa por el Tribunal de Cuentas de 125.000 pesos.

“Esa era la realidad d que nos habían dejado. Si Pinamar no era del vecinalismo, no era para nadie” resumió el empresario.

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