lunes, 10 de febrero de 2014

“El precio de venderse o casi regalarse”

GLADYS BARCE: COORDINADORA DE ACCIÓN SOCIAL



Es así es como el medio digital “Pinamar Hoy” comenzó su editorial al referirse a la concejal mandato cumplido, Gladys Barce, que hoy es funcionaria del gobierno de Hernán Muriale, después de que le crearan un cargo a su medida: “Coordinadora” de Acción Social. Para reflejar el oprobio también se escaneo como prueba el recibo de sueldo con los haberes que percibe Barce.

La concejala de ProPin, Rosario Avendaño, fue quien puso las cartas sobre la mesa en su alegato de la última sesión extraordinaria, al tratar la insistencia que fracasó por la falta de un voto. Avendaño, como los otros concejales de la oposición, intentó movilizar infructuosamente  la voluntad de los aliados a Muriale: Edgardo Paso, Alberto Germain, y la nueva adquisición, Juan José Dos Santos.



Gladys Barce
Las malas lenguas dicen que el secretario Juan Santoiani debió pelear con uñas y dientes la dirección de Acción Social a cargo de Daniel Ferreiro, su protegido, ya que esa eran las aspiraciones de la ex concejala.

Tal como denunciaran los ediles: Vidauli, Taurizano, Avila, Di Pascuale y Porretti, el acuerdo de Barce con el Ejecutivo tenía “un precio”.

Pero la comunidad no es tonta. Y el fracaso de Barce, que siempre supo acomodarse en posibles listas ganadoras, se vio reflejado en las PASO que la llevaban como primera candidata del FpV, y cuyo caudal de votos alcanzó apenas los doscientos. Recordemos que ante la revelación de la burda y repetida maniobra del partido gobernante, la propia Barce debió reconocer que Muriale patrocinaba económicamente su campaña. Lo que nos deja un margen de duda. ¿Los magros doscientos votos son de ella o de Muriale? ¿O quizás, sean de Germain que salió a apoyar la lista con bombos y platillos?

Por otro lado la editorial de “Pinamar Hoy” se preguntó con ironía si la ex concejala “cuenta con cualidades profesionales para el puestito político” obtenido. Tal vez, su militancia en la Pastoral Social la hayan formado un poquito. Aunque de Judas al parecer no le hablaron.

Suena ingenuo a estas altura tratar de entender al intendente interino de un gobierno que chorrea corrupción. O esperar “un gesto”, como le reclamaban los concejales de la oposición, al tratar la reforma del Código Tributario que vetó parcialmente y que implicó un nuevo aumento del 21 % al contribuyente. Mientras, la planta municipal aumenta de manera indiscriminada al servicio de la mediocridad.
 
“Cero austeridad, cero transparencia, cero deseo de al menos, por decoro y dignidad, tratar de escuchar el mandato de la gente que se reflejó con la lastimosa performance del oficialismo en las elecciones de octubre” así finalizó su editorial el medio “Pinamar Hoy”. Reflexión que compartimos.


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