EN SESIÓN ORDINARIA, JUNTOS POR EL CAMBIO LOGRÓ QUE SE SANCIONARA EL PROYECTO DE EXPANSIÓN URBANA DEL OTRO CARILÓ EN MEDIO DE UN DEBATE QUE LLEVA UN AÑO. EL NUEVO EMPRENDIMIENTO DEJA MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS
La superficie que describe la nueva extensión urbana
marca un total de 721,18 hectáreas,
delimitado por: la Ruta Provincial Nº 11 (Ruta Interbalnearia) y colectora, la calle
Corbeta Agradable (límite con Valeria del Mar), prolongación virtual calle Yatay,
prolongación virtual calle Sombra de Toro, el Océano Atlántico y límite con el
partido de Villa Gesell.
El polígono
territorial comprende 13 fracciones catastrales distribuidas entre cuatro
propietarios; que pueden distinguirse tres sectores: sector norte, sector oeste
y sector sur: de Guerrero S. A., esto se debe a que uno de los herederos, La fe SRL, no planea
lotear por los que no forma parte de esta expansión urbana por ahora. De alguna manera parte el proyecto del Nuevo
Cariló, como ya lo denominan se parte al medio de acuerdo a la posesión de las
fracciones de tierra.
En franca contradicción con las distintas
asociaciones civiles de Cariló, la propuesta de la expansión para Cariló Sur
(un tercio de la urbanización actual), propone que no se plantea como un
espacio competitivo y diferenciado de la actual urbanización de la localidad,
sino que, por el contrario, se organiza con un criterio de articulación con el
claro propósito de integrar y complementar la oferta turística actual a partir
de la incorporación de nuevos servicios turísticos, espacios residenciales y
estándares de calidad acorde al tipo de demanda identificada. Así como se fundamenta
la convergencia de las estrategias de ordenamiento territorial con las
estrategias del desarrollo local.
La oposición compuesta por los bloques de Frente de
Todos, ProPin y Unidad Ciudadana, basaron su desaprobación al proyecto, entre varias
cuestiones, a la negativa del oficialismo de convocar al Consejo Asesor Urbanístico
para que dictamen sobre las ordenanzas cerrojos. Por lo que la concejala de Unidad Ciudadana Marcela Uhrig mocionó el pase al
comisión del proyecto a fin de la convocatoria del CAU. La moción fue desechada
por votación.
El concejal vecinalista Roberto Elorz, por su parte, dijo que “con
este proyecto se prioriza el dinero, el negocio inmobiliario y no el ambiente”.
La oposición está en sintonía con los
argumentos proteccionistas del ambiente, ya que este emprendimiento involucrará a unos 30.000
nuevos habitantes con la carencia de planta depuradora de líquidos cloacales.
Mientras que al mismo tiempo propone sustentabilidad con 155 hectáreas de
viviendas multifamiliare, un estándar que fue el más conflictiva.
La concejala de Juntos por el Cambio, Alejandra Apolonio,
expresó en la sesión que “este proyecto
marca un hito en el país, no solo por lo que implica desde lo urbanístico, sino
además por el proceso que involucró este camino con la participación ciudadana y
acuerdos entre los propietarios”. La edila
remarcó que se cumplieron los
requerimientos ambientales y los dictámenes técnicos.
En respuesta, el concejal Pablo Perrone (FT) reconoció
el proceso. Pero no estaba dispuesto a acompañar la ordenanza, porque se trataba
de un plan de negocios, una seguridad para los herederos de la tierra, en la
que no se contemplaba la cuestión
ambiental. Entre las objeciones técnicas remarcó: “ por el incremento potencial en la densidad,
en función de los premios constructivos, se calcularía una capacidad de más de 35 mil personas. Es
decir, que este proyecto duplicaría la renta inmobiliaria para los
desarrolladores, pero nadie asegura que la carga del recurso hídrico podrá soportarlo”,
subrayó Perrone.
Un hombre de Cariló, como lo es el presidente del HCD, Matias Yeannes, no fundamento
el voto pero en declaraciones al diario capitalino La Nación, confirmó que la aprobación de las cuatro ordenanzas
"cerrojo" darían respuesta a las
inquietudes de las asociaciones civiles. “Porque una busca garantizar el suministro
de agua potable, otra prevé estudios
complementarios a los de impacto ambiental. Una tercera dispone un acceso
individual para estos nuevos loteos, de manera que se evite el tránsito de obra
por el Cariló original. Y la cuarta incluye al futuro loteo, no contemplado en
esta etapa (el correspondiente a “La fe SRL.”), porque quedará alcanzado por el
mismo esquema Plan Director.
Sin duda comienza un nuevo capítulo en el desarrollo
del Carilo con “paisaje protegido”, para el que hay más preguntas que certezas:
¿Se judicializa el Plan Director? ¿En caso contrario los desarrolladores logran
cumplir o estará en ellos mantener el equilibrio urbano ambiental?¿En lo que
hace al desarrollo turístico inmobiliario, será Carilo Sur la competencia
directa de Pinamar Norte? ¿De acuerdo a las herramientas legislativas, qué rol
jugará el Municipio en esto que sin lugar a dudas es un negocio inmobiliario competitivo? Y
finalmente ¿Qué suerte se juega el medio ambiente pinamarence?
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