miércoles, 20 de agosto de 2014

La biblia y el calefón no puede dar lo mismo

POR ALEJANDRO OLIVEROS 


Hoy la jefa de turno del Hospital de Pinamar, Analía Sorensen, se negó a hacerle a mi hijo de 7 años, una tomografía de los miembros inferiores, que ya estaba programada con todos los requisitos necesarios, es decir, orden médica de la cirujana Gabriela Costa de Mar del Plata, y autorizada por la Obra Social.

Si su preocupación era mi ignorancia acerca de los riesgos de exposición a la alta radiación…1) Nadie más interesado que yo en preservar la salud de mi hijo. 2) Nadie más consciente que yo sobre las consecuencias que una tomografía podrían ocasionarle a mi hijo. 3) Nadie más preocupado que yo por saber e interiorizarme para saber de qué se estaba hablando como así lo hice los días previos, llamando y preguntando.

Y por eso, llamé y consulté a la Dra. Costa nuevamente, por qué, para qué, y si era inminentemente necesario hacer la tomografía. Por eso es que llamé también al Dr. Rebollo de La Plata, especialista en ortopedia infantil, que ya operó a mi hijo tres veces debido a una enfermedad que posee llamada artrogrifosis, asesorándome si convenía hacer la tomografía o si podría obviarse.

Ambos profesionales me dijeron que la hiciera. Que es cierto que habría exposición, pero que es controlada y además, si la Dra Costa la pedía, era para hacer un estudio para evaluar otra operación a futuro.

Sin embargo, la Dra Sorensen de Pinamar, no sé si por capricho, por abuso de autoridad, porque no andaba el aparato, porque es caro, o vaya a saber uno por qué, no quiso hacérsela. Porque si la razón de no hacerla era preservar la salud de mi hijo como quería argumentar, el modo de dirigirse no hubiese sido el que tuvo para conmigo, cuando se defendió frente a mi indignación que ella era “doctora” y no “ mucama”, a lo que no supo qué responderme cuando le pedí explicaciones sobre qué quería decirme con eso, entendiendo su grado de menosprecio frente a la gente que realiza estas labores.



Tuve que hablar con autoridades del municipio, adonde me dirigí caminando del hospital a la municipalidad varias veces ida y vuelta, porque a pesar de que sabía que le habían dado la orden a la Dra. Sorensen de hacer la tomografía, cada vez que volvía a presentarme en el hospital, insistía en su postura ya caprichosa de no hacerla.

Fue necesaria la intervención del Secretario de Salud en el hospital mismo, el Dr. Eduardo Dagostino, y de la Jefa de Personal del Municipio, Sra. Martha Villanueva que se preocupó por la situación haciendo los llamados pertinentes, para que la tomografía finalmente se hiciera, ejerciendo su autoridad como funcionarios públicos y defendiendo nuestros derechos como ciudadanos y vecinos de Pinamar.

Qué quiero decir con esto?

La Biblia y el calefón no pueden dar lo mismo. Los funcionarios son los funcionarios y deben ejercer su rol público en favor de la comunidad como lo hicieron en este caso, frente a una empleada, en definitiva, que desprestigia al municipio haciéndonos ver que todo está dentro de una misma bolsa y no es así.

Hay una cadena de jerarquías, de mando, de responsabilidades, o como quiera llamarse.

Un empleado Municipal, como esos tantos otros cargos del estado nacional, provincial o municipal, ya sea en la salud, la educación, o lo que fuera, no puede ser sostenido si la persona es ineficiente o no responde a las expectativas o compromiso del Gobierno de turno. Hay miles de personas sin trabajo. Por qué sostener a los vagos o a los que no hacen bien su trabajo?

Se deben labrar sumarios, como espero que lo haga el Director del Hospital, Dr. David Aiziczon, a quienes como en este caso, no respetan la autoridad o no reconocen la jerarquía, pretendiendo que la Biblia y el calefón sea lo mismo.

Como así también, premiar y estimular a quienes hacen bien su trabajo, como la agente de tránsito Norma Videla, que cuando llegué al hospital esta mañana, estaba labrando un acta a quien ocupaba el espacio de discapacidad sin permiso, por lo que no pude ejercer el derecho de mi hijo de estacionar en los lugares reservados.

Así es nuestro país, pero denunciando, insistiendo, reclamando, y levantando la voz, con ayuda de los medios que dan a conocer estas cosas, se puede cambiar la realidad o lo que no nos gusta. De esto, no tengo ninguna duda.

1 comentario:

  1. Compañero Alejandro:
    Hace muchos años viajo solamente a Pinamar porque es fantástica.
    Organizando las vacaciones del próximo verano me sorprendió tu relato enormemente, pues las veces que debí ir al Hospital recibimos atención médica de excelencia, y un trato humano maravilloso, de todas y cada una de las personas que nos atendieron, conteniéndonos, incluso, emocionalmente en las emergencias
    Te sugiero, compañero, que si querés a tu hijo, dejes que los médicos de cada especialidad, tomen las decisiones que sean mejor para tus seres queridos, que para eso se especializaron, pues de lo contrario podés causarles mucho daño creyendo hacer lo mejor.
    Y la medicina, no es como los militares o la policía que el de arriba caga al de abajo.
    Por lo demás, sin justificar al desconsiderado infractor que estacionó en el lugar reservado, te sugiero que dejes de pelearte con todo el mundo pues te vas a infartar prontamente.
    Te mando un abrazo y toda la suerte para vos y tu hijo, que parece que la necesita.
    Cordialmente
    Martín Grilo.
    ROSARIO PRESENTE

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