sábado, 23 de abril de 2016

Marea va, marea viene

LOS PROFESIONALES QUE INTERVIENEN EN LA RECONVENSIÓN DEL  FRENTE MARÍTIMO EXPRESARON A TRAVÉS DE UNA CARTA SU DESCONTENTO CON LOS FUNCIONARIOS A CARGO POR LO QUE SE PODRÍA ENCUADRARA EN IMPROVISACIÓN EJECUTIVA


Los arquitectos y arquitectas: Adrian Calabrese, Julio Falbo, Laureana Linares, Laura Bernaola, Mauricio Villate, Carla Caballero, Fabian Cambre, Daniel Pugnale, Luciano Canissa, Pablo Vilas, presentaron al Intendente y a los concejales una extensa carta en las que precisan los inconvenientes burocráticos y las arbitrariedades  a lo que son sujetos por parte del Director del Frente Maritímo y la Secretaria de Planeamiento: "... cada entrega de la  documentación requerida, se añaden solicitaciones nuevas de modo discrecional, se modifican criterios, y se  dificultan sin motivos   las autorizaciones  de las  obras que los profesionales proyectamos y los concesionarios deben hacer" precisan los profesionales.  

Por la  "magnitud del tema, le solicitan al Sr. Intendente que instrumenten y coordinen las modificaciones y  se establezcan canales de diálogo  donde  subsanar los problemas" que se detallan en la carta. "Asimismo, y dado que la decisión y el compromiso de ejecutar las obras están  tomados por ambas partes involucradas",  dejan planteada  la inquietud respecto de la oportunidad para "disponer del tiempo requerido para avanzar de manera responsable con el Plan". 

Área de construcción, localizaciones, exceso y reiteración de documentación y plazos, son las dificultades que enfrentan a diario y la cuestión constructiva que motivó la proclama. 

A continuación la carta completa: 

De nuestra consideración: Los que suscribimos, arquitectos    matriculados en el   C.A.P.B.A.  (Colegio de Arquitectos de la  Provincia de Buenos Aires) responsables de   parte principal  de  los proyectos para el Plan de Reconversión del Frente Marítimo de Pinamar, queremos  dejar expresa nuestra  posición sobre   la manera  con que la Dirección de Frente Marítimo está evaluando nuestro trabajo. 

Como profesionales   de la arquitectura y el urbanismo asistimos con asombro a un proceso donde   con cada entrega de la  documentación requerida, se añaden solicitaciones nuevas de modo discrecional, se modifican criterios, y se  dificultan sin motivos   las autorizaciones  de las  obras que los profesionales proyectamos y los concesionarios deben hacer.

La sensación imperante es que estamos “dando examen “, y que los responsables, tienen escaso o nulo respeto por nuestros conocimientos profesionales, y por las decisiones de las que nos hacemos cargo con nuestra matrícula (que es lo que nos permite  ejercer la profesión) 
 Atados a una legislación ambigua, y con  una interpretación sesgada del Pliego de Bases y Condiciones, quienes conducen  lo qiue debe ser  un  gran cambio urbanístico mueven, modifican, relocalizan y amputan proyectos individuales que deberían formar parte de un conjunto urbano completo y diverso.

En este Proyecto  se  deben resolver  con solvencia,  conocimientos y un grado de complejidad decreciente,  estos temas:

- Infraestructura urbana para Pinamar (desagües pluviales y servicios cloacales) Ordenanza 4442/14 Artículo 5
- Redes viales (Avenida del Mar, estacionamientos, transporte público). Ordenanza 4442/14 Artículo 18
- Accesibilidad (plena, de abastecimientos, de recolección, de infraestructura, de seguridad)
- Interferencias (visuales, vecinos, infraestructuras, vías de acceso)
- Impactos 
- Progresividad/Etapabilidad

Cada uno de estos temas aún no resueltos tienen influencia   en los proyectos de arquitectura a nuestro cargo,  los que, como cualquiera puede visualizar, son sólo una pequeña parte en el conjunto de sistemas interrelacionados que componen el Frente Marítimo.

Debemos señalar  la enorme diferencia entre  trabajar con responsabilidad sobre un espacio urbano claro, pensado y definido, o hacerlo  sobre un conjunto de incertidumbres y especulaciones. Es nada menos que la diferencia entre proyectar hacia adelante o hacia atrás. O hacia ningún lado, encerrados en una parte minúscula del total, aplicando  como automátas un sistema arbitrario de normativas y planillas excel.

Nuestro trabajo como profesionales, es  interpretar las necesidades de los clientes y adecuarlas de la mejor manera a las condiciones del ambiente (físico y jurídico), del territorio y de las condiciones productivas y sociales del momento.

Esa es nuestra tarea. Es lo que sabemos y queremos  hacer.
Con la autoridad que nos da la experiencia podemos afirmar que el apuro  es el peor enemigo de la calidad de la política pública, y por añadidura, de los buenos resultados. 
Nos resistimos a que se nos fuerce a tomar decisiones contrarias a una mejor definición del espacio de la playa,  bajo la presión de poner en riesgo las concesiones de nuestros clientes responsables de una porción de la playa de Pinamar.

NO se deben tomar decisiones  atados a postulados inciertos y de pobre  fundamentación. 

NO se puede ser displicente  con el dinero  y el trabajo  de otros. 

NO se pueden alterar las condiciones del negocio evaluado. 

NO se puede cercenar un proyecto para encorsetar las propuestas creativas. 

NO se puede pregonar sapiencia y bajar línea sobre nuestra disciplina como si de una ciencia exacta se tratare. 

Hay lógicas proyectuales que conducen  a la buena arquitectura, y no  se habla aquí  solo de la arquitectura construida, sino también de la arquitectura económica, de recursos humanos y elementos puestos en juego cuando se motoriza una obra. 
Independientemente de los serios temas de escala urbana ya planteados, y entrando en la particularidad de los proyectos individuales que nos ocupan, encontramos que nuestra tarea profesional es evaluada  con criterios restrictivos, vagos o erróneos en diversos aspectos:

- Localizaciones : 
Es fundamental definir claramente las localizaciones exactas de las unidades. 
No es admisible que los proyectos deban adaptarse varias veces a condiciones de altimetría, posición y relación con la ciudad, generando con cada corrimiento nuevos planos y documentación anexa por la modificación del pliego de origen. Es primordial  que con el tiempo que sea necesario, se despejen las áreas ocupadas, se solucionen los problemas  legales referidos a las localizaciones y se pueda dar curso ordenado al proyecto.
Esto implica dar una solución concreta al problema irresuelto de los desagües pluviales al mar y su interferencia con las nuevas localizaciones.

- Área de construcción :
El área de construcción debe ser flexible y adecuada al proyecto arquitectónico. Las restricciones en este sentido atentan contra las libertades proyectuales y expresivas, pero por sobre todo, van en contra de la legislación vigente y modifican el pliego de bases y condiciones que da marco al proceso. Es importante aclarar que dichas áreas distan de tener una lógica dimensional adecuada a los proyectos, evidenciando su carácter meramente indicativo desde el origen. Prueba evidente de ello es que los anteproyectos presentados en 2009 no fueron limitados ni condicionados por dicha área, y que ninguno de ellos merecío observacion del la Comisión Evaluadora de la licitación promovida por la Ord. 3754/09
Se obliga a los proyectistas a trabajar dentro de áreas exiguas, distintas a las oportunamente ofertadas, sin tener en cuenta las variaciones del terreno, del sitio y del usuario. Se tiende a homogeneizar las propuestas y a aplanar los resultados.

- Exceso y reiteración de documentación:
Se diluyen los tiempos presentando planos de altimetría, certificados de desratización, firmas autografas del concesionario en documentos de 200 o mas fojas (sin motivo alguno)  detalles de instalaciones, de demoliciones, de sistemas constructivos, de movimiento de maquinarias, de localización de acopios de escombros,  detalles constructivos, de estructura, de tachos de basura, y de recorrido de camiones, sin tener aún certezas de cuál será el proyecto que finalmente se terminará aprobando. 

Se presupone que el proyectista debe atenerse estrictamente a un tardío Manual Metodológico ya  que “allí está todo lo que deben hacer”, desconociendo la posibilidad del ida y vuelta que todo proceso de estas características y trascendencia debe y necesita tener. 

Se incumple la tarea de Dirección (concepto generador de sinergias que conocemos muy bien), cuando se la reemplaza por la tarea de fiscalización que, lejos de aportar, cercena y deconstruye.

- Plazos:
El proceso está planteado en tiempos exiguos que incluyen demolición y reconstrucción. Cada día que demora la aprobación del proyecto trabaja en contra de las contrataciones para ambas tareas. Las empresas especializadas en construcciones en seco requeridas para este tipo de obras son muy claras: superado el mes de Abril entraremos en tiempo de descuento para garantizar  la finalización de las obras para fines de noviembre. 
En la construcción no  tradicional los tiempos en obra propiamente dicha son muy cortos, pero el plazo requerido para la ingeniería y optimización de materiales que serán pre-ensamblados en taller forman la parte invisible de la operatividad y eficiencia del sistema. Que no se vea no significa que el trabajo no deba ser tenido en cuenta.

Atento a la  magnitud del tema, solicitamos al Sr. Intendente se instrumenten y coordinen las modificaciones y  se establezcan canales de diálogo  donde  subsanar los problemas descriptos.

Asimismo, y dado que la decisión y el compromiso de ejecutar las obras están  tomados por ambas partes involucradas,  dejamos planteada aquí  la inquietud respecto de la oportunidad para disponer del tiempo requerido para avanzar de manera responsable con el Plan. 

Estamos a las puertas de un proceso urbano histórico y, pese a que se ha trabajado mucho al respecto, es mucho lo que queda por resolver, analizar y/o ejecutar. Nos permitimos hacer este planteo atendiendo a todo lo previamente expresado, y bajo el convencimiento de que la calma y el tiempo para ajustar soluciones adecuadas conducirán a los mejores resultados.  

A la espera de una pronta respuesta, y deseando lo mejor para nuestra ciudad, saludamos a Ud. con nuestra mayor consideración.


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