viernes, 18 de abril de 2014

Semana Santa

MENSAJE DEL PADRE PABLO ETCHEPAREBORDA 

Esta Semana Santa es, por un lado, un Jesús que sale a abrazarnos en nuestros dolores. Todos tenemos dolores, problemas, situaciones, angustias, deseos incumplidos.

Muchas veces uno cuando ve o charla con gente que se acerca a contar sus problemas, dice qué bárbaro esta persona cómo tiene fe, cómo vive, cómo la lucha, cómo se preocupa, cómo tiene este chiquito enfermo o cómo tiene este problema en tal o cuál lugar.



Entonces, lo primero de esta Semana Santa es que Jesús viene a abrazarnos, desde la Cruz nos abraza diciendo ¨Vení, yo comparto tu dolor y aquí tu dolor lo subí conmigo a la Cruz”.

Y el segundo paso es que Jesús dice ¨Pero no te quedes acá en la Cruz. Vengo a resucitar para que vos tengas una vida y una vida plena”. Y esto creo que también es fuerza porque nos ayuda a descubrir que el Señor con la resurrección venció a la muerte y con la muerte, la oscuridad , el pecado,  la tiniebla, el odio, la angustia. Todas esas cosas están ya solucionadas en Jesús, nos falta todavía incorporarlo a nuestra vida.
Pero fundamentalmente, si Jesucristo resucitó, nos dice San Pablo, esta es nuestra fe. Por eso qué bueno es que nosotros no perdamos ni la alegría ni la esperanza, al contrario, porque estamos detrás de Aquel que ha vencido a todo lo que parecía que era definitivo diciendo que la muerte ya no tiene más poder, porque el amor tiene más poder que la muerte.

Y la  apuesta es a vivir tratando de brindar el amor a todos los que tengamos alrededor, los que tengamos cerquita en casa, los que tengamos lejos de nuestra familia, los que tenemos de vecinos, los que tenemos en la misma sociedad,  los hermanos que por ahí nos han hecho algún daño, a todos tenemos que brindar amor.

Por eso esta es la fuerza transformadora y esto nos da alegría, la alegría de saber que en Cristo podemos vencer toda la destrucción y el pecado, y podemos vivir de una manera nueva.
Y es la esperanza. Sabemos que, es cierto,  no vamos a estar solos y vamos a poder cumplir esa vida que Dios nos quiere regalar junto con los demás.
La alegría y la esperanza van junto con una comunidad, con un grupo de hermanos que se quieren y que celebran a Jesús.

Por eso esto es lo que queremos celebrar en la  Pascua. Dios que nos abraza, nos transforma de la tiniebla y de la oscuridad a la luz,  y esto nos produce una alegría y una esperanza que tenemos que salir a contagiar, para que esta alegría que brota de haber conocido a Jesús podamos brindársela a todos los que tenemos alrededor.

Y por eso sí, uno puede desearse Feliz Pascua, Feliz Pascua de corazón, porque verdaderamente si Cristo resucitó ya resucitó en nuestras vidas y quiere resucitar en nuestra sociedad.

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