El 16 de agosto del corriente año publicábamos la nota
titulada “¿Estarán a la altura de la Circunstancia?”, que trataba y nos preguntábamos si el grupo ganador de las internas en el Frente de Todos, Gregorio Estanga
(la Campora), tendría la sabiduría de convocar a las demás listas, y sumar
distintos sectores de la comunidad, ya que con la suma de votos del total del
Frente de Todos no alcanzaba para lograr la Intendencia de Pinamar.
Cristina
Fernandez, arquitecta del Frente, supo dejar de lado sus diferencias personales
con Alberto Fernandez, con Pino Solanas, y tantos otros; repitió hasta el
cansancio que la alternativa era de Todos y con Todos. Definido el candidato,
Alberto sumo a Sergio Massa y continuó bregando por la unidad. El conjunto de
los máximos dirigentes del FdT dieron señales para que esta actitud se
multiplicara en cada distrito, en cada lugar.
Teníamos nuestra duda, que alguien que se pelea con
los concejales de su propio partido, que se pelea con secretarios, asesores de
su bloque, y que agravia a los candidatos de las otras listas, modificara toda
esta conducta y en un baño de grandeza y humildad se comprometiera con la
consigna de Todos y con Todos.
Si
hilvanamos más fino y observamos cómo se maneja Estanga, persona verborragica,
que no escucha, se pone en –play- y habla, y habla...; resulta casi imposible pensar
que Estanga podría primero superar su ego y segundo comenzar a construir una
alternancia superadora con los demás, con sus pares, de una manera horizontal.
Pensar que se perdió porque el oficialismo tiene
más recursos, es un análisis mediocre que oculta la posibilidad de tener una
autocritica y de realizar un profundo planteo de todas las variables actuantes.
Se perdió una oportunidad, quizás no, quizás no
alcanzaba con todos y todas, porque Juntos por el Cambio hizo una gran elección. Pero
Estanga perdió algo más que una elección, ¿se dará cuenta que fue…?
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