sábado, 26 de marzo de 2016

La paradoja de la desidiologización

POR MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA: TRANSCRIPCIÓN DE LAS PALABRAS LEÍDAS  EN  EL  ACTO CONMEMORATIVO DEL 24 DE MARZO, POR MARÍA ADELINA MERCURI 

Estamos reunidos a 40 años del último golpe de Estado cívico- militar que impuso el terrorismo de Estado con la desaparición sistemática de persona seguida de tortura y muerte. Paralelamente, se instrumentó un  plan económico a medida que asentó las reformas institucionales y jurídicas que alterarían el patrón de acumulación para todo el período y que persistió en las décadas siguientes.

Es importante remarcar el concepto y ponerle contenido al hecho que nos convoca en este acto y en esta conmemoración. Para que las trampas del discurso de los malos intencionadas no desvirtúen la realidad de un pasado negro que costó vida de una generación que ambicionaba sembrar libertad e igualdad en un contexto latinoamericano. 

Hace unos días en ocasión de la visita del presidente de EEUU y la desclasificación de documentos militares y de inteligencia sobre la dictadura argentina y lo que implicó el plan Cóndor, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj,  dijo: “Desideologicemos el uso de los derechos humanos”, una frase que a mi humilde entendimiento establece un contrasentido: ¿Cómo se pueden desideologizar si cada vez que se vulneran los derechos humanos justamente la carga agresiva es de fuerte contenido ideológico. Las sociedades se organizan de forma dilógica.

Por otro lado declaró que la desclasificación de los documentos era “un triunfo de todos los argentinos”, esta frase dicha desde un lugar común y triunfalista, sí, tiene una poderosa carga ideológica. Sobre todo cuando en la Argentina se pretendió con las leyes de Obediencia de Vida, Punto Final y el indulto, imponer el olvido. 

¡No mirar atrás!, esa era la orden. Por eso la memoria debe prevalecer. Y si se puede hablar de triunfo, entonces, ese es el de las Madres  y Abuelas de Plaza de Mayo, es el de la Agrupación HIJOS, es el de las Organizaciones de Derechos Humanos, como el CELS,  y es el de los compatriotas que defendieron esa idea inclaudicable de BUSCAR. Buscar a los culpables, a los asesinos, a los torturadores. Buscar a los nietos. 

Cecilia Nahon escribió una columna den Página 12  en la que la explicó los antecedentes de la desclasificación de los documentos que nos puede llevar al encuentro de más nietos entre otras verdades. Dijo Nahon: “Se trata, en realidad, de una petición histórica de los organismos de derechos humanos de nuestro país en el marco de su incansable lucha a nivel nacional e internacional por memoria, verdad y justicia durante cuatro décadas. Esta solicitud permanente formó parte activa de la agenda bilateral con Estados Unidos en los últimos años, a través de numerosas gestiones realizadas ante su Congreso y Poder Ejecutivo, tanto por integrantes de los organismos de derechos humanos como por funcionarios del gobierno que finalizó el 10 de diciembre pasado, incluyendo a la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El antecedente más relevante es la desclasificación de 4.705 documentos de carácter reservado llevada a cabo por el Departamento de Estado en agosto de 2002, hecho que fue reconocido por la Argentina. Dos años antes, en ocasión de su visita al país, la entonces secretaria de Estado Madeleine Albright había asumido públicamente ese compromiso luego de una reunión mantenida con Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo y Carmen Lapacó de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Los documentos desclasificados en 2002 (que incluyen cables diplomáticos, memorándums de reuniones, notas e informes) han sido una fuente valiosa tanto para la comprensión histórica del terrorismo de Estado en la Argentina como para algunas de las causas judiciales por crímenes de lesa humanidad reabiertas en todo el país y en particular para las relativas al Plan Cóndor, al Batallón de Inteligencia 601 y al Plan sistemático de apropiación de niños”.

En esta apelación a la Memoria, Verdad y Justicia, no podemos dejar de remarcar los juicios a los civiles y empresarios y en este sentido debemos hablar de la forma en cómo se estructuró el aparato represivo a partir de los intereses empresariales. Uno de estos símbolos es El Ingenio Ledesma, Carlos Blaquier y “La noche de los apagones”, realizados del 20 al 27 de julio en 1976. Los jueces beneficiaron a Blaquier por falta de mérito ahora le toca a la Corte Suprema hacer justicia. El otro símbolo es Vicente Massot, dueño del diario La Nueva Provincia, el juez federal de Bahía Blanca también lo benefició con la falta de mérito. Este hombre que fue nada más y nada menos que ministro de defensa de Carlos Menes, es el responsable de la desaparición y muerte de obreros gráficos y de escribir editoriales en el que inventaba  enfrentamientos cuando lo que pasaba en verdad eran los secuestros. El tercero de los símbolos es la causa papel prensa y sus imputados, que implican a los diarios Clarín y La Nación: Ernestina Herrera Noble, Héctor Magnetto y Luis Mitre.   

“Miren si hay que desideologizar los derechos humanos”.  


No puedo dejar de recordar a las desapariciones, torturas y muertes en democracia, como el estudiante de periodismo Miguel Bru, Luciano Arruga, Kosteki y Santillán, Julio López  y los muerto del 2001, por nombrar algunos de los tantos. Porque aun hoy  la policía y las fuerzas de seguridad siguen teniendo la mira en los jóvenes pobres victimas de situaciones extorsivas y gatillo fácil.

En dialogo con un querido amigo, el Prof. Raul Merlo, me dijo: "Cuando vas en una ruta y la niebla es tan espesa que ni si quiera podes ver tus manos, lo que guía es la ideología- 

Por todo esto y mucho más… hoy más que nunca: Memoria Verdad y Justicia por los treinta mil desaparecidos. 



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