viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Discriminación para quién?

ENTRE LA DEMAGOGIA Y POSTURAS AMBIVALENTES LOS CONCEJALES DEBATIERON LA CESIÓN DE TERRENO A LA COLECTIVIDAD BOLIVIANA

Tras un denso debate y con la presencia de integrantes de la colectividad boliviana encabezada por su presidente, Fausto Choquetiklla, la cesión de terreno en una zona unifamiliar de Ostende, para crear una “casa cultural” fue denegada como consecuencia de un empate técnico y la posterior definición del doble voto del presidente del HCD, Maximiliano Santini.

Tomaron la palabra Edgardo Paso, Juan José Dos Santos, Lucas Ventoso, Juan Ocampo, Gisell Acosta (en remplazo de Rosario Avendaño con licencia y Martín Atencio), Mercedes Taurizano, y Alberto Germain. Tras una salida momentánea de Santini y la ocupación de la presidencia por la vicepresidenta del HCD, Taurizano, se abrió el debate ya que varios concejales tomarían la palabra por segunda vez, lo que no quitó que en esta instancia Fernando Avila (UCR) y Martín Viotti (ProPin) hicieran su aporte por primera vez.



“Espero que mi pares no se opongan” dijo Paso que fue el primero en tomar la palabra para luego repetirse, a sabiendas que la suerte ya estaba echada. Porque los ediles ya habían discutido el tema en comisión y las posturas estaban firmes. El impedimento era la ubicación del terreno en una zona residencial unifamiliar. Y si bien objetivo se comprende dentro la creación de casa cultural o casa grande como prefirió llamarla Paso, la mitad de los ediles consideraron que la actividad cultural requiere de un movimiento que no sería menor para los vecinos. Por otro lado al fijar posiciones los concejales: Ocampo, Avila, Acosta, Taurizano y Viotti no negaron la concesión de la tierra para seguir trabajando en comisión.




“El mensaje de debe ser de integración de igualdad a todas las comunidades que habitan el suelo argentino. No hay que hacer diferenciaciones de nacionalidades. Porque tienen los mismos derechos y garantías que cualquiera que pise suelo argentino” dijo Ventoso a su turno en favor de la cesión de la tierra para la construcción de la sede. Al mismo tiempo estableció que sería un lugar abierto para todas las colectividades y que “la función del Estado era integrar a toda la comunidad de manera igualitaria”.  


En algunos tramos del debate se dio lugar a las demagogias en función del mítico voto que otorgan las distintas colectividades a través de la mesa de extranjeros y en especial la boliviana que en Pinamar es numerosa. Pese a esto Juan Ocampo (FpV) no cedió y pidiendo disculpa a los presentes planteó la responsabilidad que lleva como legislador y el compromiso con toda la comunidad: “Sepan disculparme pero no puedo votar esto a favor porque estaría traicionando mis convicciones”. Y apeló, como es su costumbre, al cambio de la política y a la práctica de las recurridas excepciones. En tanto explicó  la implantación de la cede en una zona unifamiliar residencial al resguardó los derechos de los vecinos que tienen sus casas en la circunscripción del terreno.   

“Quisiera sacar el tema del racismo que se puso en este recinto que no tiene nada que ver con el tratamiento” subrayó Avila, y explicó los inconvenientes y restricciones que se suscitarían tanto para la colectividad y su actividad como para los vecinos en ese lugar que fue designado por el DE.

El debate con viso de racismo y discriminación que planteo Ávila fue tan cierto que cuando Ocampo concluyó su diatriba con la explicaciones de la negación al proyecto al llamarlos  “hermanos” el presidente de la colectividad lanzó un “No somos tus hermanos”. 

La situación con la tierra en Ostende es muy crítica, la población crece de manera acelerada y con ello la demanda. Están proyectados muchos establecimientos educativos que aún no tienen lugar ni tierra  y la instalación de dos jardines en espacio público trajo la molestia de los vecinos ubicándolos en una lucha inmerecida de discriminación.

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