OPINIÓN: ELECCIONES PRO 2015 (PRIMERA ENTREGA)
La campaña se largó, y solo faltan 20 días para que Pinamar tenga un nuevo intendente por los próximos “cuatro años”. El desafió es la permanencia en el gobierno durante el periodo designado, ya que desde el 2008 ningún intendente termina su mandato, ni siquiera los interinos. La otra cuestión será imponer un Municipio que funcione con operatividad, sin sectores de privilegios y sin corrupción.
Los candidatos con posibilidades concretas, números más números menos, son Martin Yeza del Pro, Maximiliano Santini de ProPin y Pedro Elizalde del FpV. Más atrás queda “Altieri recargado”.
La ventaja de Yeza es la de no contar con gestión alguna (por lo menos en Pinamar), a diferencia de Santini que preside del HCD, y Elizalde que carga con una intendencia débil, cuya estructura política debió armar a los ponchazos al tomar un Municipio incendiado, después que Hernán Muriale renunciara en medio de un escándalo mediático, que le señalaba los negocios con Altieri y la utilización del aparato del Estado. Estructura delictuosa muy común durante la gestión vecinalista de Don Blas que sirvió para que más de un funcionario se enriqueciera.

Ni en la mejor ficción se podría entender como los radicales se quedaron afuera de la contienda electoral que se avecina, gracias al acuerdo que el “desaparecido” Ernesto Sanz tramó con Mauricio Macri y entregó la estructura partidaria de UCR de la manera más oprobiosa, en pos de una “oposición” que no emerge de su propia mediocridad: “Cambiemos”. Sin contar que a nivel local el candidato radical con chances concretas, Lucas Ventoso, debió enfrentar las zancadillas electorales de propios y ajenos. Y a pesar de haber hecho una muy buena elección, no le alcanzó. De esta manera el bueno de Yeza, que no permitió que Ventoso llevara la lista sábana de Macri, se quedó con los votos. Un peronista candidato de la UCR.
Así las cosas, el pichón de Altieri derribaba al peor enemigo de ambos, en una comunidad que se entrega ante la fascinación de los espejitos de colores. Atención… y antes que algún lector se indigne con el comentario, hay excepciones y son más de las que uno cree, aunque no alcancen para cambiar los destinos de una comunidad banal.
-Sabías que el encanto de la serpiente consiste en distraer a la presa con la vibración de su cola que emite un siseo a gran volumen y entre tanto se prepara para arrojar el veneno.
Martin Yeza, (el gran peronista) escondido en el chico simpático y demócrata, distrae y esconde, quizás con lo más bajo de la política: “las promesas”… que no va a poder cumplir. Su campaña, con diferencias generacionales, nos remite a las prácticas más mupeperas. Si cumpliera con su palabra y de seguir captando incautos, el Municipio contaría para el 2016 con una estructura superlativa. Pero eso sí, todos jóvenes profesionales.

Durante las PASO, Yeza, se dedicó a desvalorizar el desempeño de Maximiliano Santini adjudicándole responsabilidades que no le son propias, por lo menos en esta instancia de su carrera política, ya que el candidato de Propuesta Pinamar preside el Departamento Legislativo que ejerce el contralor del Departamento Ejecutivo, y no es él, quien ejecuta las políticas públicas. Aunque esto parezca una obviedad la calle replica el argumento impuesto por el joven Pro. Estos fundamentos también fueron y son propios de Altieri que siempre deslindó las responsabilidades en el Concejo para no asumir las propias.
Mientras se echa mano de argumentos falaces, las viejas estructuras de poder económico y político se reconvierten en una fuerza Pro. Y el ex “Coordinador de la Dirección de Políticas de Juventud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (no sabemos bien que significa), miente en la caterva de títulos que ostenta, inclusive el de abogado, ya que le falta la “práctica profesional”. En cuanto al título de politólogo, es bueno aclarar a los votantes “Pro” que la politología es una carrera universitaria de las ciencias sociales. No, un curso de cinco meses en la Universidad San Andrés.