Mansilla denunció un compló y acusó directamente a Damiani y Milanessi

TAL COMO SE HABÍA PACTADO EN EL DÍA DE AYER, EN LA INTERPELACIÓN AL INTENDENTE, ESTA MAÑANA LOS CONCEJALES RECIBIERON A CARLOS MANSILLA CON LA PRESENCIA DE GRAN PARTE DEL PERIODISMO

A pesar de las palabras de reconocimiento que el intendente Pedro Elizalde tuvo en la interpelación de ayer con su ex funcionario, Carlos Mansilla, con aplauso incluido, el hombre clave de la Seguridad se presentó esta mañana en el Concejo para desparramar su verdad de los hechos bajo su gestión. En resumen acusó a Hacienda de todos los males, o sea a Figueredo, y a los funcionarios Sebastián Damiani y el Gustavo Milanessi de ser los responsables de que los destinos del dinero de la publicidad en la vía pública se quedara en el camino antes de llegar al Municipio.  Mansilla aludió que la exposición mediática tras las declaraciones del Intendente culpándolo sobre hechos de corrupción, más la responsabilidad como dirigente de la Provincia de Buenos Aires lo obligó a dar la cara y exponer los hechos.

El recibimiento de los Concejales fue muy cordial en el caso de algunos se pudo percibir  cierta comodidad al comprobar que algunos de los dichos de Mansilla coincidían con las denuncias que ellos formulan desde el mes de enero. En el caso de otros la prevaleció cierto recelo.

“Me retiré para beneficio de Pinamar” dijo Mansilla a los ediles, Pero a la vez denunció un complot para correrlo de sus funciones que según él comandó Milanessi en acuerdo con el Sindicato Municipal. Y por otro lado de sus declaraciones se desprendió que realiza algunas gestiones para volver, mientras los vecinos de Cariló solicitarían sus servicios.

Las denuncias del complot las formuló en la justicia federal de Dolores y las pruebas serían una de las cámaras con audio que demostrarían su inocencias al revelar que él no amenazó a los trabajadores. También dijo que “los empleados no querían trabajar, se dormían, se escapaban y no le daban bola a las cámaras” (sic). Fuera de la conferencia, Mansilla dijo que tuvo un encuentro casual con el secretario gremial del sindicato, Damián Ayala, y que le reconoció la maniobra.

“Cuando tuvimos la charla en la Plata me dijo que fue influenciado por su equipo”, dijo Mansilla. Se estaba refiriendo al encuentro que habría propiciado el Ministro de Seguridad bonaerense.

Uno de los mencionados por Mansilla es el Chino Artori, un empleado de Fiscalización, quien le dijo que las ordenes de arrancar las fajas de clausura tras arreglos extra municipal eran del Vasco (Milanessi) y no de Otegui.  También acusó a Milanessi de amenazas. Mansilla narró que una ocasión le dijo a Otegui mientras me mostraba una bala de 9 mm que “tenía dueño si se metía con él”.

Para dejar bien asentado las denuncias de Mansilla, Ocampo le preguntó con claridad si ratificaba la acusación contra Milanessi y Damiani. A lo que respondió: “Sí, lo dije ayer. Le voy a sacar la careta a estos delincuentes”.

Mansilla es un personaje curioso con una gran personalidad que cuando se siente acorralado ante las preguntas incisivas salta y retruca echando en cara la corrupción local haciéndonos responsables a toda la ciudadanía y lo mal que según él está todo. Muchas de las acusaciones que formula son verosímiles. Pero a la vez a él lo reviste un halo de duda con maniobras que parten de su escuela callejera. Y como un falso mesías, en este caso de la seguridad, se lo escucha y hasta se le cree casi todo. Y también  es probable que de todo este escándalo ese hombre de contextura fuerte y simpatía de atorrante, salga limpio.